Cada uno de los amigos toma para sí un billete de $1.000, y le entregan el de $2.000 al mesero como propina, agradeciéndole su honestidad por reconocer que se había equivocado en la cuenta.
Luego al reflexionar y hacer cuentas uno de ellos les dice a los demás .¿ Si cada uno habíamos colaborado con $ 10.000, y luego a cada uno nos regresaron $1.000, entonces cada uno al final colaboró con
$ 9.000, luego si multiplicamos 9.000 por 3 nos da $27.000. Si sumamos a los $ 27.000 los $ 2.000, que le dimos al mesero,nos da $ 29.000, y no los $30.000. Porqué falta $1.000 ?
Solución:
No hay ningún billete de $ 1.000 desaparecido. Simplemente una mala interpretación de la situación. Si inicialmente cada comensal aportó $10.000 para pagar la cuenta de $ 30.000, y luego cada uno se quedó con $ 1.000, 30.000 - 3.000 = 27.000, y si le restamos los $2.000 que le dieron al mesero,pues quedan los $25.000 que fue a lo que se rebajó la cuenta.
Concluimos que la matemática, además de exacta es muy hermosa si la comprendemos y asimilamos.
Recuerdo una frase de mi amigo y exalumno Arles Prieto, Ingeniero Electrónico investigador: "La mayoría de las veces el problema no es de la flecha sino del indio que la dispara"
Una mala interpretación nos lleva a tergiversar y a sacar conclusiones erróneas de algo sencillo, y esto no solo es respecto a la matemática sino de la vida en general.
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